jueves, 4 de septiembre de 2014

Referencias locales y modismos en el doblaje

Por Germán Vásquez
Jueves, 04 de septiembre del 2014

Aunque tenga sus detractores, el doblaje de voz resulta muy útil y satisfactorio para la gran mayoría de personas que queremos disfrutar nuestros programas de televisión y demás contenidos audiovisuales favoritos sin tener que leer subtítulos o aprender el idioma original en el que fueron hechos. Sin embargo, he tenido la oportunidad de ver algunos programas doblados al español en los cuales se usaron palabras cuyo significado desconozco, y chistes a los que no encuentro sentido alguno, por lo cual, aunque llego a disfrutar estos programas de manera general, también me pierdo parte del contenido. Esto es poco común, y se debe a la utilización de referencias y modismos exclusivos del país en el que se hace el doblaje, y aunque la calidad de voces y actuaciones puedan ser excelentes, me parece un desacierto incluir dicho lenguaje si el producto va dirigido a toda Latinoamérica o gran parte de ella. Sólo se justificaría hacer una traducción de este tipo si el producto va dirigido únicamente al país que lo dobla.

Cuando se usa la palabra “traducción” no se habla simplemente de la traducción como tal, sino también de la adaptación de los diálogos originales al contexto de, en este caso, nuestra cultura latina; y una de las razones por las que se adaptan los diálogos, es precisamente para que se entiendan en español. Si algunas personas al escuchar un chiste o cualquier frase en un doblaje que se transmite en toda Latinoamérica, no son capaces de captar la idea, es porque algo falla.

Traducir usando referencias locales exclusivas del país que dobla, no cumple con el objetivo de transmitir la idea original ya adaptada, porque gran parte del público fuera de ese país no logrará entender o captar dicha idea. Algunos ejemplos de esto serían referirse a alguna celebridad de moda en el país donde se haga el doblaje pero que no sea conocida fuera de él, hacer referencia a un plato típico,  una población, o  cualquier otra cosa que una persona fuera de dicho país, no tenga por qué conocer. Porque, aunque a las personas que puedan entender, les pueda parecer una gran adaptación, la realidad es que a las que no entiendan, les causará el efecto contrario.

Además de usar referencias locales, resulta problemático usar y abusar de los modismos, porque tales modismos imponen un uso del lenguaje con el que muchas personas simplemente no se sienten identificadas. No veo ninguna necesidad real de usarlos. Por poner un ejemplo simple, no creo que por decir “qué genial” o “fantástico”, el doblaje pierda gracia o naturalidad, y menos, que suene soso. Y que en cambio haya que escuchar  “qué padre” o “qué chévere” para que sea mejor.

Es perfectamente posible hacer una traducción neutral de cualquier contenido sin que deje de transmitir lo que el producto original ofrezca. Cuando hablo de “traducción neutral” me refiero a que se pueda entender fácilmente por todos los latinoamericanos y esto sólo se puede lograr si se evitan las referencias exclusivas locales y los modismos del país que hace el doblaje. Sé que en algunos casos es bastante difícil de conseguir, pero pienso que hacer una traducción local o regional es, además, tomar el camino menos complicado.

El género que por excelencia se presta para usar este tipo de lenguaje es la comedia y quiero poner el ejemplo de la serie de anime Ranma ½, de la cual se hizo una traducción neutral y no se utilizaron palabras locales o modismos. Es innegable la gran calidad de su doblaje y seguramente todos los que la vieron, la disfrutaron mucho. Ranma ½ fue doblada en México y nunca escuché decir a Ranma “No manches, Akane. Te pasas de lanza” o cosas por el estilo. Seguramente su traducción sí tenga referencias a la cultura mexicana, pero con cosas que caben dentro de mi concepto de neutralidad, ya que se pueden entender sin ningún problema por cualquier persona de Latinoamérica que hable español; como por ejemplo la típica frase de Happosai “Qué cosa pasa” o la vez que dijo “Mis reinas, ya llegó su Luis Miguel”. Ese tipo de referencias me parecen perfectas porque se entienden. El problema surge cuando se hacen referencias de los tipos antes mencionados.

La mayoría de los doblajes que he tenido la oportunidad de disfrutar, se hicieron en los años 70, 80 y 90; y tienen una calidad innegable. Y aunque en algunos casos se utilizaron modismos, se hizo de manera muy esporádica y casi nula. No era nada si lo comparamos con algunas cosas que se han doblado recientemente.
Está claro que las traducciones también dependen de lo que los clientes exijan o permitan a los estudios de doblaje, pero creo que lo mejor siempre será hacer una buena traducción neutral. Está perfectamente demostrado que funcionan.

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